Estaba en la oficina y veía a la gente mover los labios y hacer gestos. Incluso oía un ruidito que otros hubieran tachado de conversación. Me miraban y yo asentía o abría muchos los ojos como si aquello que me estuvieran contando me sorprendiera. Justo como hago cuando voy a visitar a mi madre.
Los emails entraban en la bandeja de entrada, les echaba un rápido vistazo y los cerraba.
Incluso llegué a coger un par de llamadas.
Si, señores, yo era funcionaria del Estado.
Por desgracia no lo soy y cuando he vuelto a la realidad me he comido un montón de broncas por haber pasado de los emails, las llamadas y de mis compañeros y jefes.
¿Y si fuera esto el sueño? ¿Y si yo realmente fuera funcionaria del Estado? ¿Y si toda mi vida fuera un sueño de Antonio Resines?
Si usted fuese un sueño de Antonio Resines probablemente sería una lata de gulas. De gulas del norte, claro.
Posteado por Jake - 31 de Enero 2012 a las 10:19 AMay zalamero, eso se lo dirá usted a todas
Posteado por apio - 31 de Enero 2012 a las 10:40 AM