No necesito amigos, tengo banda ancha y un pakis a los píes de casa (gritaba mientras se marchaba el último gañán, muerto de hambre y bueno para nada de su casa).
Ayer tuvimos mañana de videoconferencias. Cuando tenemos videoconferencias, suelo peinarme y ponerme un buen escote. Lo de peinarme es por pura coquetería, lo sé. Tres videoconferencias seguidas. Toma, Jeroma, pastillas de goma. Primero con mis friends Turcos para recordarnos que debemos ganar más dinero con menos recursos. ¡Y que digan que ya no hay soñadores! Después intercambiamos unas palabritas con nuestros homólogos italianos, solo para poner verdes a los turcos. Esto ya lo solemos hacer por teléfono pero mola mucho más rajar del jefe cara a cara. Y ver la cara de Michele llamándolos usureros es impagable. Bueno Telefónica opina otra cosa, pero telefónica no entiende de los intríngulis del derecho procesal. Después de despacharnos a gusto, recibimos una videoconferencia de nuestros Partners de Inglaterra. Esa no estaba programada y yo ya no iba tan bien peinada, pero puede que el escote fuera más pronunciado, para compensar. El escote a esas horas de la mañana ya era esdrújulo.
Los ingleses solo hablaban de marrones, y de cómo repartir responsabilidades. Lo que viene a ser la típica reunión "este marronazo no solo me lo voy a comer yo" o como se dice en inglés "or everybody shags or to the river with the bitch". Después de reivindicar el peñón, solo por joder, acabamos con la llamada, sabiendo que solo había sido una pataleta monumental, pero que nuestros compañeros ingleso acababan de tirar una enorme "shit" a un inmenso ventilador.
Y cuando ya salía por la puerta, videoconferencia desde México DF.¡ Pero si ni tenemos agentes allí! Mascullé y regresé cabizbaja y abrochándome la camisa hasta el cuello a la sala de juntas. Tras pasarnos tres cuartos de hora hablando, acordamos cerrar una entrevista para el próximo mes de Octubre, para vernos las cara en persona y darles nuestros mejores precios a nuestros mejores precios. Que monos estos Mexicanos, aún creen que le darnos trato preferencial soplo porque me gusta su cocina. Pero van apañados, ahora estoy a dieta así que o me prometen el oro y el moro o les voy a tratar como un españolito cualquiera. ¡Es decir, con condescendencia, que todo se os tiene que explicar, cojones ya!