- ¡Vaya! Te veo hoy de muy buen humor, hacía días que estabas de un humor de perros.
- sí, me siento bien, hoy.
- ¿Y ha qué es debido este cambio repentino de humor?
- Pues ya sabes
- No
-¿Sabes que cuando alguien es un estúpido de mierda y es un borde de copón se dice que esa persona "está mal follado"? ¿no?
-Sí.
- Pues yo ya no estoy borde, lo de ser una estúpida de mierda, bueno... solo fueron 2, habrá que insistir más.
Esta noche mi terraza ha sido asaltada por un unicornio desaprensivo que buscaba mi alijo de oreos entre las macetas de la terraza.
Como todas las mañanas me despertado, y después de una buena duchita me he preparado el desayuno. Desayuno por las mañanas, probé a hacerlo a la tarde, pero no me sabía igual, me sabía a merienda. Y a mi me gustan los desayunos, con o sin diamantes. En los cereales mejor sin.
Después de prepararme el vitalizante café y la triste tostada, salí a la terraza a desayunar. Tengo terraza y si quiero desayunar en ella, estoy en mi derecho. ¡Dejen de juzgarme, copón!
Mientras miraba la horizonte imaginado las posibles salidas económicas a un holocausto repentino y entresemana en un mes de agosto. Bajé la mirada y ví como habían escarbado en el legionario (es como se llama la maceta de las margaritas. Las margaritas se llaman margaritas, solo la maceta se llama legionario) y que me había ensuciado todo el suelo de la terraza. No me fastidiaba tanto que escarbaran en la planta como que después de escarbar no pasara la escoba y el recogedor.
Ya estaba echándole la culpa al gato de la vecina, que no es un gato, sino un hijo adolescente. Pero es mi historia, y si decido que es un gato, es un gato, ¡y punto! Cuando de repente ¡Caspitas! (en verdad dije ¡Albricias! pero no quería sonarles fifí) encontré un furullo de unicornio. Era un furullo y no una cagadita por dos motivos primero para compensar mi caspitas de asombro y segundo porque los unicornios, son mágicos, pero vienen a cagar como caballo.
Allí estaba el excremento de unicornio. Ahora se estarán preguntando como se diferencia la boñiga de un unicornio de la de un caballo o la de un gato (hijo adolescente de vecina). Y sino lo han hecho es porque no tienes inquietudes en esta vida. Pues es muy fácil. Es imposible que un caballo se cuele en mi terraza, escarbe en mis plantas y deje sus bonitas heces como regalo. Pensar eso sería de majaderos, solo contemplarlo es ya de estar muy locos. Tampoco puede ser un gato (hijo adolescente de vecina), por la sencilla razón que los gatos no hacen mierdas del color del arco iris. Y aquella, aquella era una mierda de brillantes y llamativos colores. Era la mierda del desfile día del orgullo gay. Era una mierda que recogía toda la paleta Pantone. Una belleza de mierda, vaya. Tan bella que tenía que compartirlo con ustedes, y con mi vecina, sobre todo con ella ya que le he tirado la mierdecita para que ella y su gato (cuando se le baje la fumada) puedan gozar de dicha belleza.
¿Alguien sabe donde puedo comprar veneno para unicornios, que no me mate las plantas también?