Y al séptimo día
Se tocó las narices y tal era su virtuosismo, que lo hizo a dos manos.
Teniendo las manos ocupadas en tan ardua tarea no pudo escribir en su blog.
Por eso los domingos se conocen por Domingo de hoy no escribo por que no me sale de las narices.
Juaaaaaaa
Posteado por Turandot - 7 de Marzo 2004 a las 04:33 PM