En estos momentos estivales, las neuronas se recalientan, el calor apreta y el hombre del tiempo se arriesga.
El veranito ya no es lo que era, ya no veo mi frigodedo y mi drácula, anunciados tienda si tienda también. Ya no veo simpáticos sombreros hechos con periódicos, ni esos pañuelos tan seximente anudados a modo de boina. Ya no hay ese botijo apoyado en el quicio la puerta. Por no hablar ya de la mítica camiseta imperio a juego de esas megas gafas de sol de poli corrupto, ni tan siquiera Bea ya es mujer.
Si vale, el asfalto sigue derritiéndose bajo nuestros pies, los mosquitos siguen haciendo su agosto con nosotros y la ensaladilla rusa del bar de abajo de mi casa, estoy segura, que es la misma que la del año pasado.
Pero el verano ya no me ilusiona tanto como lo hacía antaño, y eso solo es debido a una razón, y Ramón García, está vez no tiene nada que ver. La única razón porque no me ilusiona el verano es que George Dan ya no está a mi lado, eso y la maldita costumbre de hacer un calor soporífero en estos meses veraniegos.
Esperemos, por lo menos, que George Dan no saque la canción del verano a causa de que por fin se gane la vida de manera digna tocando Jazz en su clarinete, que es para lo que realmente vale.
Posteado por Fuz Neviros - 11 de Julio 2005 a las 03:18 AMPerdona que te corrija, pero Georgie SIEMPRE está a nuestro lado....