Ayer con la tontería casi se me olvida ir a votar. Menos mal, que están las madres, que te recuerdan que te debes poner ropa interior limpia todos los días y cumplir con tu derecho constitucional de manifestar mi voluntad popular a través de las urnas.
Y claro si no voy a votar mis representantes políticos no pueden gobernarme, ni pueden saber lo que una bella y pizpireta rama de apio desea. Sus inquietudes, sus anhelos, sus deseos de aniquilar la raza humana,
Así que me puse la camiseta de las elecciones (vale no tengo esa camiseta pero molaría) y fui a ejercer mi deber patriótico de votar.
Ahora me alegro de haber podido llegar a tiempo al colegio electoral, porque hoy me he levantado y todos los partidos habían ganado. Guauuu un empate electoral. Imagínense, no voy yo a votar y seguro que gana uno, y ya no hay tanta emoción como ahora. Supongo que cuando se jueguen los penaltis y se decida quien coño nos va desgobernar el próximo trienio escribiré otro post.