He pedido hora a la dietista. Eso ha sido lo más duro de todos. Volver arrastrándome pidiéndole que me ponga cañón de nuevo. Si no lo sabían mi dietista era un agente de la GESTAPO que fue expulsada por tener demasiada mala baba.
El viernes a las seis y diez tengo la visita. Estoy temblando de miedo. Si ustedes la conocieran
Estoy preparada para decir adiós a los helados, el chocolate y los embutidos. Pero no sé si volveré a soportar las humillaciones e insultos semanales. Si me noto más floja que antes. También puede ser por ese michelín que se asuma en mi camiseta. De verdad, que le tengo más miedo que al coco. Más miedo que a los mimos-tunos. Casi tanto miedo como a los gatos de escayola.
Denme sus ánimos, los religiosos recen por mí, los sadistas disfruten conmigo y sobretodo. Yo quiero a mi mamá.
PS: Hy Jason, Congratulations!
Si tiene que volver a la dietista es por dos motivos:
1. No tiene suficiente amor propio.
2. No para de trincarse cocacolas a todas horas. No tiene usted límites.
La culpa es suya y sólo suya. Éste será el verano de su descontento.
Posteado por Jake - 13 de Julio 2007 a las 12:43 PM¿usted no será pariente de mi dietistat, verdad?
Posteado por apio - 13 de Julio 2007 a las 01:12 PMA mi lo que me va muy bien para adelgazar son los disgustos...
Siempre que me veo mas relleno la lío y a tomar viento... en una semana como nuevo!
Posteado por goldhands - 13 de Julio 2007 a las 03:45 PMA mi con los disgustos me da por comer chocolate y llorar como una magdalena. Por lo que aunque me deshidrato acabo engordándome igualmente.
Posteado por apio - 13 de Julio 2007 a las 06:22 PM