¡Ay, ese Fary!
Los excesos se acaban pagando, si lo había oído antes, pero sonaba tan galleta de la suerte que nunca le hice caso.
Pero que malita que estoy. Pupa, ay.
No quiero currar, quiero quedarme en la cama retorciéndome de dolor y prometiéndome a mi misma que no lo volveré a hacer. Bueno lo que realmente quiero es ser rica a cagar y no tener que ir a trabajar, se rica y encontrarme de puta madre. ¡Ouch! Que mal me encuentro.
Y no me vengan con que yo solica me, lo he buscado, que les vomito encima, cual niña del exorcista. Entiéndanlo no tengo límites al menos no tengo límites aún conocidos. Y está búsqueda constante de mis límites me va a matar. Pero que malita que estoy.
Tampoco me vengan que es lunes y el 80% de la población está igual, porque yo no soy empática, a mi me importa ahora mismo lo malica que estoy. Ay, y que tengo por delante todo el día.