Mujer previsora vale por dos.
Yo tengo dos enormes, si señores heterosexuales y señoras lesbianas, lo he dicho un millón de veces (y no me cansum tiquitiquiti), dos enormes pechos. Por lo cual no necesito ser previsora. No necesito ser previsora, ni lista, ni simpática, ni nada. Esto cubierta de un halo de superioridad, la superioridad que infiere llevar un sujetado con tres cifras.
¿A qué viene esto? Cualquier momento es bueno para hablar de mi colosal pecho. Y más ahora que vuelvo a estar soltera y sin compromiso. ¡Y que narices! Me gusta que se hable de mis pechos. Los hombres fardán de su paquete pues yo tras aquella intervención quirúrgica que ya no puedo, así que me consuelo con hablar de mis ubres.
¿calientapollas? Si, bueno podría ser peor, podría ser fan de OT. ¡Horror! Me derritoooo.
Piensen en ello, está mal ser superficial pero me niego a escudriñar en mi interior para averiguar si lo que hay vale la pena. Las vísceras siempre han sido muy asquerosas y lo ensucian todo. Y aunque ahora en verano la ropa se seca en seguida, paso de tener que frotar para averiguar que tal persona soy. Si alguien lo averigua, sin abrirme en canal, que me deje un pos-it con la respuesta. Y si eso cuando pueda me lo leo.
Sí, este es uno de los post en que he caído más bajo, estoy tan orgullosa, ¡ains!
Tiene razón, si alguna vez paso por Barcelona creo que reconocería sus pechos. Sobre la superioridad que imprime una delantera potente no voy a ser yo quien le baje del burro. Estoy también de acuerdo en que no merece mucho la pena escudriñarse dentro, al final es lo mismo que lo de afuera pero visto desde una penumbra claustrofóbica. No cambie, no cambie... de qué me suena esto...Siga siendo deslumbrante y protuberante.
Posteado por O. Green - 26 de Julio 2008 a las 04:31 PM