Y esta es mi filosofía en la oficina.
Pero a diferencia de Mafalda yo sonrío porque mientras les deseo "un buen día" a todos en el fondo les estoy deseando las muertes más dolorosas, inhumanas y vejantes que mi imaginación desorbitarte y enferma puede imaginar.
Y eso que algunos incluso no me caen del todo mal, pero no me gusta hacer trato de favoritismo entre mis clientes y compañeros. Así que les sonrío a todos y les deseo un muy buen día.
¡Que tengáis un buen día vosotros también!