Ayudar a una amiga a hacer a mudanza, no tiene precio.
¡Y unos cojones!
Yo no me muevo sino se me promete grandes cantidades de dinero o en su detrimento una gran ingesta de cerveza" by the face". Y así es como he acabado un domingo por la mañana con un tremendo dolor de estomago y agujetas para parar a un carro.
Y lo peor, acabo de recordar que tampoco es que fuéramos tan amigas. Total jamás me ha donado ningún órgano ¿verdad?.