Mi compi que es muy profunda. Lee libros de filosofía, psicología, filosofía, teología y matemáticas aplicadas. Estoy intentando que lea la composición del HS pero sigue reacia a la literatura de albornoz.
Mientras esperábamos a la hora de volver al tajo me estaba hablando del libro que estaba leyendo en esos momentos sobre "la ciencia no-ética". Si, la ciencia no-ética, no confundir con la pesca del centollo. Lo sé, a mi también me pasa.
Y ya se sabe empiezas de hablar de cosas intangibles y acabas hablando de si Sara Carbonero está tan buena o no. Yo la veo guapa. Fea, fea es Rosi de Palma, no me jodas.
Y estábamos en estas cuando acabamos hablando del alma. Si, ya saben, eso que está justo en la zona de la espinilla.
También hablamos de la reencarnación. Nunca segundas partes fueron buenas.
Y sobre el poder de la mente, conozco un tío que abre sandias a calimonazos.
El hecho es que la hice participe de una de mis muchas teorías sobre el alma.
Teoría 8 sobre el alma: "Yo creo en que existen las almas. Yo, particularmente, no tengo ninguna en estos momentos. Mi madre dice que cuando nací los médicos le dijeron que lo tenía todo. Así que debí perderla en algún momento en algún lugar. Seguro que en el metro, en la escuela, en un bar o en el probador de alguna tienda. El hecho es que no soy tan interesante como para tener alma y mucho menos para reencarnarla. No soy tan profunda. Solo soy lo que se ve. Bueno, en verdad soy menos, que con el wonderbra parezco más inteligente de lo que realmente soy."
Y eso me llevó a hacerme una pregunta metafísica y ecológica. Me debió sentar mal el pimiento de la ensalada. ¿El alma donde se recicla en el contendor amarillo, en el azul, en el verde, en el gris o en el marrón? Menos mal que no soy ecologista ni tengo alma sino menuda crisis existencial tendría ahora mismo.
Después de esta disensión mi compañera me ha echado una de esas miradas que a veces la gente me echa. Sobretodo lo hacen cuando expongo alguna de mis teorías. Y eso que no la he hecho participe de mi teoría sobre el fin del mundo. Pero sé que ese no es buen tema para tocar justo después de comer.