El mundo de la mensajeria es inquietante si más no. En nuestro curro tenemos los mensakas habituales, las estrellas invitados y los hijos de nadie.
Así es como se clasifican según mi jefe. Los habituales son aquellos que como en los bares no hace falta que abran la boca para saber que toman siempre lo mismo un cortado con un croissant. En nuestro caso se trata de mensakas que solo trabajan par una empresa y que vienen dos o tres veces a la semana.
Después están las estrellas invitadas. Son aquellos que por mucho insistir acabamos conociéndolos, a pesar de que cada vez que vienen es por una razón distinta.
Y por último "los hijos de nadie" son esos que nunca te quedas con su cara, los pobres ni son personas, ni se les mira a los ojos, casi ni existen.
Pués estaba uno de estos últimos esperando en recepción a que nuestra recepcionista intermitente hiciera acto de presencia cuando se pone a hablar con uno de mis compañeros de importación. Avanzarles que yo solo podía oir la conversación, ni idea de las pintas del sujeto. El mensaka le suelta a mi coleguita importadora "¿te has enterado lo de lo los pájaros?. El mundo se va a acabar. Me voy a comprar un perro y cuando eche a correr yo echo a correr detrás de él. Que listos son los animales ¿no?" Toda esta retahíla sin parar para coger aire. Así que mi compi de import, que le dan miedo los sicóticos, solo ha contestado "ya ves". Y se ha hecho uno de esos silencios incómodos en toda la oficina. El mensaka que veía que nuestra recepcionista tendría para rato lo ha vuelto a intentar "Menudo sol para ser invierno. Hace sol pero hace frío. Me iría a tomar el solecito a la playa pero hace frío para ir en bañador. Es que el clima está muy mal. Esto se va a la mierda."
Ha soltado un par de perlas más, así que cuando se ha marchado no me ha quedado más remedio que llamar a mi compi de import y preguntarle si el mensaka llevaba una toga y un capirote en la cabeza.
<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 12 de Enero 2011 a las 06:29 AM